Nuestro
compañero Andrés Díaz Delgado acaba de publicar su primera novela, “El señor de
Misantiscario”, que, como él dice en el prólogo, ha sido escrita después de
seis años de trabajo, en “ratos perdidos” de “ocio laborioso”.
Es
una novela histórica, localizada en 1900, en un pueblo cerca de Burgos, donde un
joven seminarista acaba de recibir un palacio en herencia, con todos sus
beneficios y obligaciones. Como nuevo señor del mismo, inicia una disparatada
empresa redentora de la Castilla, que se figura en ruinas y abandonada por
todos, pero sus ocurrencias trastocan los planes benefactores de su padre y las
expectativas de los habitantes de la casa. Es una parodia directa de la
idolatría de los orígenes, tan presente en nuestro país, con la que nos
remontamos a modos que nos recuerdan a los del loco insigne de Cervantes.
Los
cruces de relaciones entre los
personajes, que son muchos, así como los diálogos entre ellos, sobre todo los
que mantiene Don Miguel, el administrador, adquieren gran parte del
protagonismo. Los acontecimientos históricos que justifican su mentalidad
jalonan oportunamente la narración y la habilidad en la reproducción del
lenguaje de los clásicos es notoria, aunque sus puntualizaciones nos hayan
distraído de la lectura en alguna ocasión.
Vaya
por delante nuestra enhorabuena para Andrés por el empeño tan admirable de haber
construido esta novela, que parece prometer una continuación en vista de la
sorpresa aparecida al final. Felicidades.Miguel Martínez Renobales
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