martes, 11 de septiembre de 2012

“El soldadito de plomo”, adaptación de Sara Samperio y Marta Terán, del Grupo Solinar


El GRUPO SOLINAR forma parte de la ONG “Jóvenes y Desarrollo”  desde el curso 2011-2012 y nace con la intención de ayudar a sectores sociales marginados. Lo constituyen un grupo de alumnas de nuestro IES, que, después de valorar diferentes posibilidades de intervención, decidieron volcarse inicialmente en discapacitados con síndrome de Dow, concretamente en Down Cantabria. Han asistido con frecuencia a reuniones de esta Asociación y han participado en sus Talleres. Su aportación particular consistió en la representación de la obra de Teatro de Marionetas “El soldadito de plomo”, que incluimos a continuación y que montaron para transmitir el mensaje de que “hay que aceptar a todo el mundo tal y como es, porque todos somos diferentes”. La profesora que les ayuda es Silvia Fernández Cuevas, del Departamento de Lengua,  y, si quieres conocer mejor la trayectoria del grupo y otras actividades que realizan, puedes consultarla  en  su blog:


Narradora.-  Había una vez un niño que se llamaba Carlos. Por Navidad a Carlos le regalaron cinco soldaditos de plomo con un bonito uniforme azul y rojo y una escopeta al hombro. (TELON CERRADO)
Cada noche los juguetes de la habitación de Carlos cobraban vida. A las 12 los soldaditos se levantaron de su caja de madera, y desfilaron por la habitación. Al último soldadito le faltaba una pierna, por lo que tropezó e hizo caer a los demás.
Sold1- ¡Pero mira que eres torpe!
Sold3- Tendrías que haberte quedado en la caja.
Sold4- Aquí solo molestas, vuelve otra vez.
Narr.- El Soldadito triste se alejó de sus compañeros volviendo hacia la caja y, de repente, vio a una bailarina, bailando sobre una sola pierna. El Soldadito pensó que era como él, por lo que se acercó a ella. Cuando la bailarina le vio, paró de bailar y posó su otra pierna en el suelo. El Soldadito se desilusionó y empezó a alejarse. (Soldadito triste)
Bail.- ¡Espera! No te vayas.
Sold.- Es que como soy diferente, pensé que no querrías estar conmigo.
Bail.- ¿Entonces, no quieres bailar conmigo? (Soldadito sonríe)
Narr.- Empezaron a bailar, cuando apareció la marioneta mala, que se metía con todos los juguetes.
Mar.- ¿Qué haces bailando con ese Soldadito? si le falta una pierna.
Bail.- ¿Y qué?
Mar.- Debería estar solo, porque es diferente.
Bail.- A mí, que sea diferente no me importa.
Narr.-  Entonces, la marioneta enfadada, empujó al soldadito contra la ventana abierta.
Sold.- ¡Déjame en paz, yo no te he hecho nada!
Bail.- ¡Eso!¡Déjale en paz!
Mar.- No quiero.
Narr.- La marioneta coge un cubo de madera y se lo lanza al Soldadito, el cubo le da y se cae por la ventana.
Bail.- ¡Nooooooooooo!
Sold.- ¡Ahhhhhhhhh!
Mar.- Puajajajaja (Risa malvada)
Narr.- El soldadito cae a la calle. A la mañana siguiente, dos niños lo encuentran.
Niña- Lucas mira, un Soldadito de Plomo.
Niño.- Pero le falta una pierna.
Niña.- Jo, entonces no nos sirve para nada, ¿le tiramos al río?
Niño- No, hagámosle navegar en un barquito de papel.
Nar.- Los niños construyeron un barquito de papel donde pusieron al Soldadito, y lo tiraron río abajo. El soldadito se alejó rápidamente hacia el mar. Al llegar, el barco se empezó a hundir y el soldadito comenzó a pedir ayuda.
Sold.- ¡Ayuda! ¡Auxilio! ¡Que alguien me ayude, por favor!
Narr.- El barco se terminó hundiendo por completo, y el soldadito cayó al fondo del mar, un pez lo vio, se acerco a él y se lo comió. (TELON CERRADO) Unos pescadores que estaban por allí con su barco, pescaron al pez. Lo llevaron a puerto, la mamá de Carlos lo compró y, cuando llegó a casa, el soldadito se cayó de la boca del pez. Carlos lo vio, lo cogió y se lo llevó a su cuarto. Allí lo colocó junto a los demás soldaditos.  A media noche, los soldaditos se despertaron y se dieron cuenta de que el soldadito había vuelto.
Sold2.- ¡Has vuelto, nos tenías preocupados!
Sold.- ¿En serio?
Sold4.- Pues claro, no queríamos decir lo que dijimos…
Sold3.- Lo sentimos mucho.
Sold.- Tranquilos. No pasa nada. Ahora tengo que ir a arreglar una cosa.
Narr.-  El Soldadito fue a ver a la bailarina, la encontró trise y apagada. La bailarina miró al frente y  vio soldadito.
Bail.- ¡Soldadito! Estaba muy preocupada por ti.
Sold.- Tranquila, ya he vuelto.
Bail.- Ten cuidado con la marioneta, no te quiere aquí.
Narr.- De repente, la caja de la marioneta se abrió, asustándoles.
Mar.- ¡Cómo has podido volver! Si yo misma te tiré por la ventana.
Sold.- Pues ya ves, he vuelto, y quiero hacer las paces contigo.
Mar.- Yo no quiero ser tu amiga, porque me estás robando a mis amigos.
Bail.- No, todos podemos ser amigos, sin importar cómo sea cada uno.
Sold.- Me parece bien.
Bail.- ¿Lo ves?
Mar.- No sé… Yo no quiero que me dejéis de lado.
Sold y Bail.- ¡No te vamos a dejar de lado!
Mar.- Bueno… Está bien (marioneta sonriente por primera vez)
Narr.- Desde aquel día a las doce de la noche, todos juntos jugaban, bailaban y se divertían.
Sara Samperio y Marta Terán (Bachillerato)

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